S.P.D.V.

Este cuaderno digital está dedicado a la Filología y al Maestro Juan de Ávila (1499-1569). Está editado en Madrid, por Julio C. Varas García y tiene vocación de ofrecer contenidos de forma periódica a todo aquel interesado en las Letras Humanas y Divinas.

lunes, 22 de diciembre de 2014

DOCTORADO DE SAN JUAN DE ÁVILA I

En el estudio de algunos escritores pertenecientes a la Iglesia hay que tener en cuenta que algunas publicaciones o, incluso, la impresión de sus obras están relacionadas con acontecimientos "externos" u honoríficos como es su proclamación como beatos, santos, Doctores de la Iglesia, la celebración de su muerte (dies natalis) o, más modernamente, de su nacimiento...

Esto es lo que ha sucedido también con el Maestro Juan de Ávila. Primeramente, su proceso de beatificación —iniciado en 1623 por la Congregación de San Pedo Apóstol de presbíteros naturales de Madrid-—dio lugar, entre otras cosas, a la biografía escrita por el Licenciado Luis Muñoz (Madrid: Imprenta Real, 1635):



Según Sala Balust ["La Causa de Canonización del Padre Maestro Juan de Ávila", Revista Española de Derecho Canónico, III, n. 9  (1948), 847-882] el Proceso Informativo (realizado en apenas dos años, entre marzo de 1624 y junio de 1625) estuvo detenido hasta 1731, aunque en algunos momentos se intentó impulsarlo. He notado que en algunos autores religiosos estos "impulsos", frecuentemente, van acompañados esfuerzos editoriales (compruébese esto en las ediciones de Sor María de Jesús de Ágreda, por ejemplo). En nuestro caso, parece que la última de las ediciones de "Obras" del Maestro Ávila del siglo XVII estuvo condicionada por estas motivaciones. En ella, se ha sustituido la biografía del Licenciado Martín Ruiz de Mesa (que sustituyó, a su vez, a la de fray Luis de Granada en la edición de 1618) por la del Licenciado Muñoz:



 Desde el año 1731 la causa de beatificación del Maestro Ávila vuelve a ser reactivada. Primero, bajo el Arzobispo de Toledo, Cardenal Diego de Astorga y Céspedes (1669-1734); más tarde, bajo las órdenes del nuevo Arzobispo de Toledo, el Cardenal Infante don Luis Antonio de Borbón. Pero será la eficacia y persistencia de Francisco Longoria, postulador de la Causa de Beatificación desde 1749, quien lleve a buen término las difíciles y sibilinas gestiones romanas. Así, el 8 de febrero de 1759 el papa Clemente XIII declara la heroicidad de las virtudes del Maestro Ávila, uno de los requisitos previos para proceder a la beatificación. El "decreto de virtudes heroicas" enviado a las diócesis de España es recibido con entusiasmo y, como para sancionar todo el proceso, se procede a dar a la luz una monumental edición de las "Obras" de Juan de Ávila, en nueve volúmenes, preparada por Tomás Francisco de Aoíz (1759-1760): en 1759 se publican los volúmenes 1-6 y el 8; en 1760, los volúmenes 7 y 9.


Muerto Longoria en 1771, la causa vuelve a languidecer. El impulso y el dinero necesarios provendrán esta vez del párroco de Almodóvar del Campo (Ciudad Real), don Joaquín de Pineda Ramírez de Arellano. Los diferentes impulsos, de nuevo, van a quedar reflejados en una nueva edición de las "Obras" del Maestro Ávila. Se trata, en realidad, de una "reedición" de la anterior edición (1759-1760), también en 9 tomos.


Un prolongado periodo de tiempo separa todas estas "negociaciones" del final del proceso de beatificación, que tiene lugar el 6 de abril de 1894, bajo el pontificado de León XIII. A las fiestas por la beatificación del Maestro Ávila, como en anteriores ocasiones, también se sumó una nueva edición de sus "Obras", preparada por el sacerdote José Fernández Montaña, en 4 volúmenes (1894-1895). El mismo estudioso del "Beato Ávila" publica una segunda edición con adiciones importantes en 1901, de la que he conseguido también una imagen:



El Congreso Catequístico de Granada (1926) seguía promoviendo la causa de canonización del Maestro Ávila. También este llamamiento a los obispos españoles tuvo como respuesta una nueva edición de las obras del Maestro Ávila, promocionada por la Compañía de Jesús, que será continuada después de la Guerra Civil (1941).


La celebración del cincuentenario de la beatificación (1944) y la declaración del Beato Ávila como Patrono del Clero secular español (por el papa Pío XII), en 1946, removerán los estudios, la búsqueda de inéditos y la publicación de escritos del Maestro Ávila. En esta senda, entre muchas otras cosas, localizó D. Luis Sala Balust los dos ejemplares de "Audi, filia" (1556) en las bibliotecas portuguesas de Évora y Lisboa.

La canonización, finalmente, se sancionó el 31 de mayo de 1970 bajo el pontificado de Pablo VI. Y se aprovechó, de nuevo, la ocasión para editar las "Obras" del Maestro Ávila que había dejado inconclusas el malogrado Luis Sala Balust (que sólo alcanzó a publicar 2 volúmenes, de los tres prometidos) en 1952-1953. Su discípulo, Francisco Martín Hernández, publicó en 6 volúmenes la monumental edición que, de hecho, sigue vigente a través de las actuales reediciones de la BAC.




Creo que en esta entrada no me dará ya tiempo a publicar las novedades editoriales y bibliográficas que el Doctorado de San Juan de Ávila ha venido produciendo, lo que haré en otra. Pero, a través de esta pequeña galería de imágenes, podréis ver un poco cómo el estudio de un escritor eclesiástico tiene que tener en cuenta algunos aspectos de historia de la Iglesia que pudieran aparecer como desdeñables o anecdóticos, pero son significativos. A esto enseña el oficio de filológo de hecho. Y quisiera acabar bajo el paraguas de la autoridad de San Pablo, que también para esto ayuda:

Omnia autem probate: 
quod bonum est tenete.
Ab omni specie mala
abstinete vos.
(1 Tes. 5, 21-22)

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