S.P.D.V.

Este cuaderno digital está dedicado a la Filología y al Maestro Juan de Ávila (1499-1569). Está editado en Madrid, por Julio C. Varas García y tiene vocación de ofrecer contenidos de forma periódica a todo aquel interesado en las Letras Humanas y Divinas.

sábado, 18 de junio de 2016

Daniel Faria en la Feria del Libro

CUALQUIER día es tan apropiado como este para regresar a este cuaderno digital. Así me lo parece, al menos, a mí.  Y lo haré acompañado del joven poeta portugués que estoy conociendo.



Entre otras ocupaciones de este mayo, visité la Feria del Libro dos veces y he decidido escribir sobre estas visitas, sobre los libros y, claro, sobre el Maestro Juan de Ávila, que nunca me abandona. En la segunda de las visitas me acompañó mi hijo, que de vez en cuanto, complaciente, acepta verme feliz entre libros. Acepta, también, hacerme feliz comprando un libro que tal vez leerá. Este año, compramos un Tintin en la caseta de la editorial Juventud: "Vuelo 714 para Sidney".




El primer día, fui solo. Era domingo y hacía el calor norte-africano que va invadiendo tradicionalmente Madrid desde el mes de mayo, a despecho del cambio climático. Para mí lo más interesante de la feria suele estar al comienzo del Paseo de Coches, entrando por la Puerta de Madrid:  las casetas institucionales, como la del CSIC o el Instituto Geográfico, donde compré un mapa estupendo de mi Astudillo, en el que aparecen hasta los molinos de viento (!) Después, todo es gente  y colas y escritores detrás de los libros esperando a ser reconocidos o atendiendo con falsas sonrisas las anónimas visitas de posibles lectores. Tanta vanidad en unos cuanta estulticia en otros (entre los que me cuento yo también).


Lo siento, no comprendo ni comparto esta suerte de mitomanía que pretende que una firma "autógrafa" añada un mágico valor a un libro. Intento abandonar desde hace muchos años el culto servil a los dioses paganos y, cada año, promocionado por mercaderes y poderes públicos, he de intentar esquivar esta especie de liturgia a la que acuden riadas de gentes en el Paseo de Fernán Núñez, ansiosos por prosternarse ante ese idolillo "que no puede hablar ni salvar", como los demás.

Una vez ya en el Paseo de Coches, me dirijo a las casetas donde poder encontrar palabras en lengua latina y griega. Este año, después de haberme resistido durante varios, he comprado un Astérix en latín en Librería Áurea, que pienso ir traduciendo a lo largo de este largo año.


Como cuando uno hace un viaje por tierras extrañas, le traje a cada uno de los míos también su libro. A Pedro, esta vez le compré un "Astérix legionario", que es uno de mis títulos preferidos. Encontrar uno para mi esposa, fue más difícil, pues es lectora exigente, de refinado gusto, que busca en los libros, así sin ambages, sabiduría. (¡comprenderéis la dificultad!) Pero la búsqueda del suyo me deparó, de forma sorpresiva, una grata sorpresa. Todo ocurrió en la caseta de "Ediciones Sígueme". Hallé, desde luego, sin esperarlo el libro que esperaba: "Razones para la esperanza", de Martín Descalzo. Ahora sí que tenemos necesidad de ellas; siempre las hemos tenido; nunca faltan y siempre son necesarias.


Conocí, además, a un entusiasta seguidor, conocedor, del poeta portugués Daniel Faria. Estuvo hablándome un gran tiempo del escritor, de su vida, de su trágica muerte, me leyó algún poema y, claro, tuve que aprovechar la oportunidad para comprar uno de los dos poemarios que Sígueme edita en su magnífica colección "El peso de los días".



Cerraré esta entrada con un poema de este magnífico poeta portugués cuya temprana muerte no ha añadido nada a su pureza poética. Me parece que estaría, de hecho, en el Olimpo del antimito: nunca ya firmará ningún autógrafo el poeta, su voz quedará única y sola, vibrando para quien quiera escucharla.

Acabé mi visita en la caseta de la Biblioteca de Autores Cristianos, buscando la sombra de Juan Cerezo y la alegría de la nueva biografía de San Juan de Ávila, que espero todavía y de la que daré pronta noticia. No estaba Juan, pero al menos este año no me golpeó el alma una nueva atribución al humanista Luis Vives de quién sabe qué nueva obra. ¡Alabado sea el único Dios! Encontré, sin embargo, uno de esos "raros" que la BAC ha rescatado del "polvo de los plúteos". Me refiero al estudio más importante que se ha publicado sobre los "Índices" inquisitoriales.


La edición de los "Índices" españoles y portugueses, solo pudo hacerse en las tierras australes del Canadá francófono, cuando todavía no había bases de datos informatizadas, ni lenguajes HTML, ni siquiera procesadores de textos: o sea, sin Apple, sin Google, sin Wikipedia. ¿Increíble, verdad? Lo dirigió Jesús Martínez de Bujanda en la Universidad de Sherbrooke, Quebec (Canadá). La BAC solo publica el estudio teórico, de momento. En las estanterías de la Sala de Bibliografía de la BNE pueden consultarse los tomos rojos, con introducciones en francés, y pasear los ojos por la memoria de las vergüenzas patrias. En el "Índice" de 1559 (estudiado por Martínez Millán también), comparten trena Juan de Ávila, fray Luis de Granada, el Duque de Gandía, el doctor Constantino, Valtanás, los Valdés o el mismísimo arzobispo de Toledo, Bartolomé Carranza de Miranda, entre tantos....

Pero dije que terminaría con Faria. Sus poemas también están en la red y, por aquello de los derecho de autor, tomo de allí este poema, que hago también mío.

Um coração de sangue
um coração de xisto e aço
um coração angular e redondo
como a pedra que te abre
do interior do chão

Um coração solar
de granito
de carne
curado da noite de nascença

Um coração de homem
um coração de homem vivo
um coração de criança ao colo
interior
—mais interior do que o sangue no coração que me darás—

Peço um coração
nuclear




[Un corazón de sangre | un corazón de pizarra y acero | un corazón angular y redondo | como la piedra que te abre | del interior de la tierra

Un corazón solar | de granito | de carne | curado desde la noche del nacimiento

Un corazón de hombre | un corazón de hombre vivo | un corazón de niño al cuello |interior | —más interior que la sangre en el corazón que me darás—

Pido un corazón | nuclear]